niedziela, 11 czerwca 2017

                Desde tiempos inmemoriales la humanidad vive en unas agrupaciones bien organizadas. Cada individuo sabe su lugar y función, como si fuera pieza de un gran engranaje, o sea, de la sociedad. Muchas personas no recuerdan que un genoma humano contiene entre 30.000 y 40.000 mil de genes. Se debe agregar que donde hay por lo menos dos hombres, hay dos puntas de vista que, aunque sean similares, nunca responden a todas preguntas con la misma respuesta. Hoy vamos a tratar sobre los estereotipos.

                Para empezar, vale la pena presentar algunos estereotipos relacionadas con nacionalidad.  ¿Qué se dice sobre los polacos? Por un lado, somos ladrones –sobre todo robamos coches– o alcohólicas. Un polaco ordinario bebe 10 cervezas y 0,5 litro de vodka y así acaba de empezar la celebración. Por otro lado, se dice que somos muy trabajadores. La última visión está relacionada con el comunismo. ¿Por qué?

                El comunismo, por medio de la enseñanza, programaba “un ciudadano perfecto”. Para ganar, hay que trabajar. Para desarrollar, hay que trabajar. Todos juntos construimos un futuro mejor. Cada de nosotros apoya a la revolución. En “República Popular de Polonia” no existía el desempleo. Estos eslóganes suenan bien, pero no es así. Como aquí, en la Polonia del fin del siglo XX, se podría ganar más o menos 1500-2000 zloty tras los estudios (!), muchos polacos se acordaba con los salarios superiores al extranjero, ya que más bajos que recibieron ciudadanos vernáculos de esos países. Para explicarlo más concretamente, hay que saber que 2000 zloty es menos que 500€. Por eso, 500€ para los polacos no es una cuota pequeña y la aceptaban, por ejemplo, por trabajar en Inglaterra, ya que para los ingleses 500€ es insuficiente para vivir. La consecuencia era bastante trágica: los polacos ocupaban puestos de trabajo de los ingleses vernáculos (para los empleadores era más barato contratar un polaco en lugar de un inglés) y ¨destruyeron¨ el mercado laborar para los ciudadanos vernáculos. Por eso, somos percibidos como ladrones o parásitos. La cosa es más compleja, pero hay otras cuestiones de las que quiero tratar en esta entrada.

"Solo tres trabajamos, edificamos como doce".


                Ahora vamos a acercar los estereotipos sobre los españoles. Aunque la distancia en línea recta entre España y Polonia es más o menos de 1.741 kilómetros, según la página web http://www.distancia.co, a la gente le gusta generalizar (como ya lo hemos observado). En nuestro país se dice que los españoles son perezosos, les gusta divertirse y todos ven el fútbol. Los españoles no quieren trabajar, organizan siestas y piensan en descansar todo el día, tumbando en la playa y bebiendo un cóctel. Claro que es una visión cruel, porque ¿quién quería trabajar cuando temperaturas lleguen a los 40  grados? Aunque en Polonia, cuando la temperatura pase 30 grados, muchos polacos se queja que es demasiado. Un español típico toca la guitarra y participa en las corridas.


Un español típico

                Para terminar, se intentará responder a la pregunta: “¿Por qué generalizamos?”. Una observación esencial es que generalizaciones posibilitan convencer con facilidad al interlocutor. Otra, que generalizar resulta muy económico a la hora de dar el mensaje, o más claro, se emplea menos palabras pronunciando un comunicado generalizado (“Este selecto grupo de gente tiene las respectivas características que otros grupos de su mismo tipo no tienen bla, bla, bla…”). Recuérdate: antes de juzgar, observa y proba comprender porque la gente se actúa de esta u otra manera, ya que somos diferentes, ¿no?